Su trabajo ha estado marcado por la reflexión a partir de elementos simbólicos y la utilización del entorno como recintos ceremoniales o de introspección. La reminiscencia de lo sacro en su sentido más amplio, es parte fundamental de la integración de las obras con el espacio físico. Sus instalaciones cargan las salas expositivas de referencias hacia temas regionales, conflictos políticos, limítrofes y sociales. 

La instalación como un lenguaje constante, recurre a la utilización de materiales simples, pobres o naturales. Se conforma así una una paleta austera, que utiliza y reutiliza recursos y que hace que los mismos se impregnen de memoria y de diversos significados a partir de su repetición. 

"Mi hogar y mi pueblo", recupera muchos de los elementos que el artista ha trabajado anteriormente, pero desde una perspectiva más local, retomando al pueblo de Moravia como un centro importante en su biografía personal. Aquí se retorna la idea del hogar y de las formas de convivencia y de vida más básicas e íntimas. Los materiales que la integran, parten de la calidez de la que están formados y buscan consentir un espacio de protección y apego.